Deseo: Deseo Sexual


Desde la Sexología clínica, la falta de deseo sexual es una de las disfunciones sexuales que más problemas ocasiona a la hora de definirlo y, además, la que menor éxito terapéutico arroja. ¿Las razones? En primer lugar, muchas veces no es fácil separar la fase de deseo de la de excitación, ya que van de la mano. En segundo lugar,  el deseo sexual en el hombre y en la mujer, muchas veces no se deben a las mismas causas. Y tercero que en definitiva los asuntos sexuales se deben a múltiples causa pudiendo coincidir unas u otras.


En estas líneas, me referiré a la falta de deseo en la mujer, sus posibles causas y algunas formas de pensarlo para poder abordarlo de manera terapéutica.

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Al deseo sexual se lo suele llamar coloquialmente “apetitosexual, y con este término podemos pensarlo desde una perspectiva más amplia y sobre todo relacionándolo con la alimentación. El apetito o el “tener ganas de” comer, por ejemplo, estará íntimamente asociado a nuestra capacidad digestiva, pues desde la perspectiva Ayurveda, como ya hemos comentado en otra oportunidad, si no tenemos hambre, indicaría que aún no hemos digerido la comida anterior. No obstante, las ganas de comer determinado alimento, está relacionado con cuestiones de otra índole. Desde la perspectiva sexológica, el apetito sexual sería unas “ganas de” o impulso producido por la activación de centros cerebrales que, ante estímulos adecuados y si no hay interferencias, se pone en marcha la respuesta sexual. Volveremos sobre estos estímulos adecuados más abajo.

Si bien las causas de esta “falta de apetito sexual” son múltiples y, además, pueden coexistir unas con otras, una de ellas puede tener que ver con los ciclos evolutivos por los que atraviesa la mujer a lo largo de su vida. Estos son el embarazo, el posparto y el nuevo rol materno, el climaterio o menopausia y, otras causas que pueden tener que ver con situaciones de duelo; también cuestiones relacionadas a la dinámica de la pareja y su desajuste de frecuencias de deseo en la relación.

parejajpgEs importante precisar cada situación particular y analizar los distintos factores que puedan interferir a la hora de experimentar esta poca o ausente apetencia. Yendo más lejos, la falta de deseo sexual también podría estar relacionado con una falta de deseo en general hacia la vida misma, ya que en el deseo está implícito la acción, una tendencia hacia algo o alguien, en este caso, al deseo de vivir. Aquí estaría más relacionado con factores del estado de ánimo en general.

Para poder abordar la falta de deseo sexual, desde la mitología, Afrodita, madre de Eros, nos podría dar la clave a la hora del abordaje psicoterapéutico del deseo sexual. De aquí proviene la palabra afrodisíacos, que ya hemos estado hablando en otra parte. Se refiere a estos remedios naturales a la hora de despertar la apetencia sexual.

Desde la perspectiva del Yoga, entendido como amplio sistema filosófico con una aplicación práctica fisco-corporal, se podría aportar el ingrediente del despertar la conciencia a movimientos corporales desconocidos, los que muchas veces podrían incidir sobre nuestra sexualidad. Estos movimientos incluyen un trabajo profundo de la musculatura pélvica, danzas utilizando todas las articulaciones de cuerpo, agregando lineamientos generales, como por ejemplo, cómo se prepara un ambiente físico, mental y corporal para disfrutar el placer de los sentidos y poder expresar con el cuerpo aquello que se quiere decir.  La práctica de la respiración está muy asociada a la sexualidad, también lo está la relajación, además de la utilización de visualizaciones adaptadas a fantasías eróticas y a la creatividad de cada persona.

Y terminando, desde la sexología, en cuanto a los estímulos adecuados que nos ayudan a despertar este deseo se podrían encontrar las fantasías, o conocidas también como inductores externos que, aplicados de manera precisa, nos ayudan a dirigir la atención de una manera más directa o bien despertar el deseo sexual.

En el próximo Newsletter, te dejo sugerencias y formas de conectar con el deseo de una manera más profunda y personal.

¡Hasta pronto!