La palabra mantra proviene de la raíz sánscrita manas, que significa mente y tra, alude a instrumentalidad. Así mantra podría significar un instrumento para la mente y consiste básicamente (y digo básicamente porque hay mucho implicado en la pronunciación correcta) en la sonoridad, aquí solo nos vamos a referir a la repetición de un sonido, palabra, frase, vocablo o simplemente una letra. Pertenece a la tradición ampliamente extendida del Tantra Yoga de Oriente, donde esta repetición, un número determinado de veces, tiene un efecto tranquilizador para la mente y permite la conexión con otros estados de consciencia.
Al finalizar el verano estuve presente, con 3Védicas en el Mantra Fest organizado en mi pueblo. Se trata de uno de estos eventos muy populares últimamente conocidos con el nombre de kirtan. Al principio pensaba que este evento no era para mi pero, conforme fueron transcurriendo las horas, cuando comenzaron a cantar aquellos versos que «me sonaban», aquí fue donde la música, me tocó el alma.
Entre ellos estaba el famoso:
Om Asato Maa Sad-Gamaya |
Tamaso Maa Jyotir-Gamaya |
Mrtyor-Maa Amrtam Gamaya |
Om Shaantih Shaantih Shaantih ||
Que su traducción podría ser algo así:
Om,
Condúcenos de lo asat a lo sat,
Condúcenos de la oscuridad a la luz,
Condúcenos de la muerte a la inmortalidad.
Muchos sonidos sánscritos no tienen una traducción directa y podríamos caer en contradicciones al tratar de darle uno. Sat, por ejemplo, trata de lo real, de lo existente o verdadero en términos absolutos. El prefijo a se utiliza para hacer notar la ausencia de la palabra que sigue, por lo tanto asat podría entenderse como: ausencia de la verdad absoluta, que no es lo mismo que falso, ya que lo que es falso hoy, puede ser verdadero mañana y viceversa. Por ejemplo si estamos en China y decimos que son las 5 de la mañana, en México no lo serán, por lo tanto es falso temporalmente ya que dentro de unas cuantas horas será verdadero. En cambio una verdad absoluta podría parecerse más a la afirmación “la tierra gira alrededor del sol”, ya que si estamos en China o en México este enunciado suena a verdadero. Entonces esa verdad es absoluta.
Ahora bien, sacando el tema de la pronunciación correcta, la traducción y la conexión que pudiera provocar en cada persona un mantra, no nos quedaría mucho por decir al respecto más que de lo que se trataría es de un instrumento para controlar la mente. No obstante pienso que es más que eso, en realidad de lo que estaríamos hablando es del control de la palabra, al practicar la repetición de un sonido, frase, palabra o letra, llegamos a un momento que la mera repetición hace de limpieza mental, no pensamos en otra cosa. Esto nos permitiría medir lo que decimos y cómo lo decimos. Es decir, tendría un profundo efecto en nuestra voz y en nuestra palabra dicha (como la no dicha) porque también existe la repetición interior.
Así, considero que los mantras nos dan la posibilidad de cuidar y expresar aquello que queremos decir y la forma en cómo lo queremos decir. Nos purificarían el acto del habla, así podríamos observar mejor nuestras palabras, nuestro tono, nuestra voz.
Es así como me gusta trabajar con mantras, desde la observación y contemplación de un sonido y buscando en él su conexión con nuestro interior. En la recitación de los mantras, encuentro útil el escribir además de recitar, como una práctica de contacto con nuestro interior. Escribir es una forma de hablar con alguien o con una misma. Escribir cartas, por ejemplo, es mucho más que un acto de meditación.