“Yad bhavam tad bahavati” – Eres lo que piensas, te conviertes en lo que piensas. – Proverbio sánscrito
Si bien Agni se suele traducir como fuego, su naturaleza se entiende mejor en términos de sus atributos: transformación y creación, también por su cualidad de calentar e iluminar.
Así el concepto que lo define mejor es su capacidad de conversión. Se manifiesta como fuego con su capacidad de convertir, por ejemplo, la madera en ceniza y la comida en nutrientes para su mejor asimilación, o bien en productos de deshecho para su eliminación del organismo.
Desde el punto de vista epistemológico Agni se define como lo que siempre está ante los eventos. En este punto se asocia la idea de fuego purificador, a rituales con ceremonias de fuego y al sacrificio. Otra definición es su tendencia a moverse siempre hacia arriba.
Si tomamos estas dos definiciones juntas, Agni se entiende como un elemento constituyente del cuerpo y la mente, presente en todos los eventos y causando el movimiento ascendente de los otros constituyentes del cuerpo y mente.
En términos individuales, Agni es la propia capacidad digestiva. A un nivel más general, Agni estaría representado por el Sol y también es un Dios del panteón hindú.
En nuestro cuerpo/mente, el funcionamiento óptimo de Agni puede llevar al equilibrio y su funcionamiento incorrecto creará toxina (ama).
La medicina Ayurveda sostiene que la mayoría de las enfermedades surge por un pobre, excesivo o variable funcionamiento de Agni. Agni es un concepto central para el mantenimiento de la salud, ya que no solo es el responsable de absorber nutrientes, sino también es el que se encarga de destruir los agentes patógenos. La comida no digerida se transforma en toxina para el cuerpo y la mente y deprime el sistema inmune. Cuando Agni funciona correctamente hay buena digestión y circulación.
Es útil personificar Agni como un dios al que habrá que rendirle culto, donde el culto es la comida que ingerimos, y ritualizar el acto de comer como una ofrenda, estando atentos a las necesidades de nuestro fuego digestivo como a su funcionamiento. En este sentido, siempre utilizo la metáfora de la comida más importante del día, que coincide con el punto más alto del sol, la hora del medio día, que es el mejor momento para sintonizar con nuestra capacidad digestiva, ya que el microcosmo (nuestro complejo cuerpo/mente) está alineado con el macrocosmo, representado con la energía del Sol en el Universo.