«Si empatizamos con los misterios de la persona enferma, la locura también revela su sistema, y reconocemos en la enfermedad mental simplemente una reacción excepcional a problemas emocionales que no nos son ajenos».
Libro Rojo. Carl Gustav Jung
(En AION) El Yo son todos los contenidos de la consciencia, pero la personalidad no coincide con el yo. La sombra son los aspectos oscuros de la personalidad.
Para Carl Gustav Jung, la persona es la máscara, nombre que recibían las máscaras en el teatro antiguo. «La persona es un complejo funcional que debe su constitución a motivos adaptativos o de comodidad, pero que, sin embargo, no es idéntico a la individualidad.» (O.C.6, § 803)
Esto significaría que si nos identificamos con la persona o la máscara corremos el riesgo de tomar sólo uno de los roles que asumimos en relación con el entorno exterior y perdemos de vista toda la personalidad completa que en realidad somos. Somos más que la máscara o persona que dejamos ver.
Hay una diferencia ente el yo, que sería aquello de lo que somos consciente, aunque también hay una parte de la que no somos, esto hace del yo un fenómeno complejo e intrincado.
En la película de Ingmar Bergman tenemos dos personajes principales con sus respectivas máscaras o personas, cuando el “destino” las pone cara a cara, algo sucederá. Alma es la enfermera quien tiene una máscara social aparentemente muy bien puesta, hace lo que se espera de ella tanto en lo profesional como en lo personal. Cuando conoce a Elisabet el silencio de esta hará cuestionarse a Alma y darse cuenta que en realidad no habría muchas diferencias entre ellas.
La hipótesis de lectura que hago de la película va en esta línea de pensamiento: – Si la persona en la que se convirtió Alma queda demasiado alejada de su propia alma o mejor dicho, de sí misma, su self o ser completo, entonces una figura compensatoria se formará en el inconsciente: la sombra. Esta figura sombra es la que será personificada por la actriz Elisabet para mostrarle su desvío e intentar una reintegración de su personalidad más completa”.
Como veremos, y a mi modo de ver, esto sólo queda en el intento pues Elisabet y Alma nunca llegan a unirse por completo, hay más bien una fusión entre ellas que una unión integrativa. Para decirlo en términos psicológicos podríamos decir que Alma nunca llegará, a reintegrar su sombra. (Estamos aquí frente a la Neurosis.)
Por lo que podemos apreciar en la película, la neurosis tiene que ver con un Complejo materno, o responder a la pregunta ¿qué es ser madre? ¿cómo se es una buena o mala madre? Tocamos aquí el Arquetipo materno. Por lo que nos llega de Alma, podemos intuir que Elisabet es una mala madre ya que odia y siempre odió a su hijo, pero paradógicamente, el niño siempre la ha amado, esto nos llevaría a suponer que este odio está muy inconsciente y lo que se actuó siempre fue el ser una madre ejemplar.
Complejo de Electra. Veremos este arquetipo de la madre en su aspecto negativo en toda su dimensión en la próxima película con la figura de la Bruja en el Mago de Oz.
Siguiendo con Persona, podemos decir que la sombra de Alma, personificada en Elisabet, aparece cuando el yo, la consciencia de sí, ha aceptado una visión de sí mismo muy limitada o se ha identificado con la persona, la máscara social. Paso a verificar o refutar mi hipótesis planteada. Al comienzo y al final de la película se nos dará pistas para develar el misterio que esta obra de arte del cine nos ofrece. La primera escena comienza con la imagen de lo que sería una morgue y gente mayor muerta. Todos menos un niño que intenta dormirse en una camilla de hospital intentándose tapar con una sábana blanca. Al no conseguirlo se levanta y coge sus gafas y un libro pero en ese momento ve una imagen borrosa de una mujer que muta entre una apariencia y otra. En mi opinión esta escena es premonitoria o preparatoria de todo lo que se desarrollará a continuación.
Una mujer atrapada en su persona sin saber quién quiere o puede ser. A lo largo de la película las protagonistas van mezclándose de una manera íntima y misteriosa que llevará a causar desconcierto al público sobre quién es una y quién es otra y si en definitiva se trata de una y la misma.
Persona nos toca profundamente porque habla en un lenguaje visual poco corriente, la música, la fotografía y el encuadre, logran captar este otro discurso no racional que nos lleva a otro registro de tipo más inconsciente. Es como si toda la película se tratara de un sueño.
La enfermera Alma tiene el rol de curar, sanar, en este caso a Elisabet, pero termina cumpliendo un papel que la desborda en sus funciones. Elisabet, actriz, con su rol de actuar de muda en la vida real y su incapacidad de seguir actuando en su papel queda desbordada del mismo y funciona más como terapeuta de Alma dejándola expresar sin querer. Al final de la película vuelve la primera escena. El niño tocando una imagen que forma parte de una película que terminan cortándose, quemándose, quedándose en blanco. Termina en este corte, disolución y separación.