Nos hemos encontrado Online para volver a ver la película del director Víctor Fleming, rodada en 1939. Película basada en la novela infantil El maravilloso mago de Oz de Frank Baum. Si bien hay marcadas diferencias entre la película y el libro, en este escrito nos basaremos en la película, la que forma parte de una serie de obras cinematográficas y su análisis con algunos conceptos desde la psicología profunda.
La película comienza con un paseo de Dorothy, el personaje principal, con su perro Totó, donde este muerde a una vecina “mala”. Esa vecina va a quejarse a la casa de los tíos, con quienes vive Dorothy y amenaza con llevarse al perro con una orden judicial. El perro se escapa de sus “garras” y Dorothy le sigue. Allí comienza la historia. Tras haberse encontrado con un mago que “lee” la bola de cristal, Dorothy decide volver a su hogar pero ya es tarde, un tornado le impide llegar de vuelta.
El comienzo de la película es en color sepia, pero luego que Dorothy se desmaya: surgirá un nuevo mundo a color y criaturas fantásticas. Dará comienzo, entonces, un tipo cuento de hadas pero no en toda su regla aunque los personajes que aparecerán serán los típicos de ellos.
Vamos a centrarnos en la bruja como primer personaje que permite que la historia comience.
Si nos basamos en la psicología profunda, la bruja representa el aspecto negativo o sombra de la madre. En este caso, le mostrará un aspecto que tiene que ver con los misterios femeninos, los poderes lunares y por ende de la oscuridad.
Como ya escribí en otra oportunidad, cuando aparece la bruja en un cuento, es para escucharla, hay que prestar atención, pues su mensaje tiene que impactar y hasta asustar para tomarlo en cuenta. Si pensamos en la vecina “bruja” a la que Toto muerde, podríamos suponer que si Toto es el compañero instintivo e inseparable de Dorothy, advierte de un peligro, un peligro con mantener el statu quo, todo igual, que es lo mismo que decir, una imposibilidad. La parte instintiva del yo de Dorothy (Toto) muerde y se escapa de algo inevitable que está por venir desde otro lugar. Ese otro lugar se podría pensar como lo inconsciente en Dorothy.
A todos los personajes de un cuento de hadas, así como los de un sueño, tendríamos que pensarlos como partes de una misma psique, son distintos aspectos de uno mismo. La tía Emm podríamos pensar que quiere mantener lo estable, hacer como si nada hubiese pasado; el tío Henry, la apoya pero la vecina viene para hacer que todo comience a cambiar. Cuando Dorothy va tras Totó se encuentro con un mago que le hace pensar que su tía está enferma y esto le hace decidir volver, pero ya es tarde, un huracán se apodera del pueblo y todo vuela alrededor.
El huracán se podría pensar, en este contexto planteado como hipótesis como un movimiento hormonal propio de la edad de Dorothy en donde, a partir de ahora, emprenderá el camino de los misterios de lo femenino lo que queda simbolizado por los zapatos rojos.
Cuando el huracán cesa, Dorothy da cuenta que está en otro lugar. Un lugar de fantasía cargado de color y personajes extraños. Los habitantes de Pequeñolandia, así se llama el lugar donde aterriza, está compuesto por pequeñas personitas que agradecen a Dorothy haber matado a la bruja con su propia casa. Ahora ya son libres y le entregan los zapatos mágicos de color rojo brillante para emprender el camino para volver, pues en la Ciudad de Esmeralda, le cuentan, se encuentra el Gran Mago de Oz que le permitirá cumplir su deseo de volver a casa.
Aquí podríamos pensar que tuvo lugar un acto importante, algo nuevo para Dorothy que hace “sin darse cuenta”, matar a la bruja y así quedarse con los zapatos de ésta, tomar un aspecto suyo, apropiarse. Con los zapatos rojos, podríamos pensar que hacen alusión a la menarca, la primera menstruación y con esto entrar en el mundo de lo femenino.
Comienza el camino
Tras ponerse los zapatitos rojos, que ya nadie podrá quitarle, emprende el camino de las baldosas amarillas, desde el centro y hacia la aventura. Allí se encuentra con diferentes personajes bastante curiosos. Un espantapájaros que dice carecer de cerebro, luego un leñador de hojalata que necesita un corazón y finalmente un león que reconoce no tener valor y ser un cobarde. Los cuatro y Totó emprenden el camino hacia la Tierra Esmeralda donde se encuentra el eminente Mago de Oz.
El encuentro con el Mago
Expondré a continuación, la figura del mago como tramposo, la sombra del mago como charlatán que mantenía atemorizada la Ciudad Esmeralda pero también con la esperanza propio del color verde. Al tener el Mago tenían esperanza pero también estaban oprimidos por su poder y su invisibilidad. Cuando la parte instintiva de Dorothy, representada por su perro Totó, desenmascara al Mago, él puede reconocer su humanidad y ayuda a los personajes a tomar conciencia a reconocer cada uno su poder, primero aceptando sus propios límites.
A modo de cierre o apertura
Me han preguntado por qué me gusta tanto esta película, esta historia, a lo que contesté que no sabía. Creo que no lo sabía de forma consciente, pero luego de este análisis, y con el auge de los recientes Congresos sobre lo Femenino, el rito de paso de ser niña a mujer, tanto el El maravilloso mago de Oz como en Alicia en el país de las maravillas, película que toca a continuación, harían hincapié en este tema. Veo que, por un lado, hay un auge a hablar de estas cosas con las niñas de forma directa y abierta, pero por otro lado. están los cuentos de hadas de siempre: La Bella durmiente del bosque, Blancanieves y los siete enanitos, entre otras, que aluden al tema de forma indirecta, apelan a otro registro y esto puede ser menos invasivo para ellas ya que se alude a la entrada del rito de lo femienino pero de forma simbólica y la niña lo hace propio cuando sea su momento de hacerlo. Siendo una etapa crucial para las niñas, poder conectar con cuentos de hadas que lleguen de una manera indirecta pero directamente a la psique, cuando sea su momento particular. Teniendo niñas entiendo por qué me llama la atención este tipo de historias en este momento vital.
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