Con la aparición del reciente fenómeno en sexualidad slow sex, y si bien se dice que no está para nada asociado al Tantra, mi opinión personal me lleva a reconsiderar cuestiones de muy vieja data, que tienen nexos que evidentemente son inconfundibles y que pertenecen a esta tradición tan antigua, proveniente de Oriente, el Tantra. Dar una definición precisa y comprensible de Tantra se hace difícil en tan poco espacio, por ello abordaremos algo de su práctica que pueda resultarnos de utilidad en los encuentros sexuales. Lo que llama la atención de esta disciplina es justamente su carácter de tipo mágico, que cuenta con rituales en su forma de expresión y que siguen una lógica poco común; allí radica su fuerza y seducción, prometiendo un cambio a lo conocido y socialmente aceptado.
La palabra Tantra está compuesta por Tan, liberación o expansión, y tra, instrumento; entonces, se lo podría traducir como “instrumento de liberación”, y se basa, ante todo en una práctica, más que en una teoría.
La finalidad del Tantra es transformar el acto sexual en un acto sagrado e implica considerar la sexualidad en un sentido más amplio y completo, pues la vida está impregnada de sexualidad, y no solo genitalidad.
En los antiguos textos tántricos el ritual erótico fue escrito de manera críptica e incomprensible a fin de que no tenga acceso la mayoría la población, y en ello radica su carácter sagrado, mágico, cargado de misticismo, solo para algunos pocos.
A continuación haremos una presentación de los puntos más importantes a tener en cuenta para vivir la sexualidad de manera tántrica.
Dentro de los puntos cruciales se encuentra el factor principal: el tiempo. Para comenzar una práctica sexual tántrica, una de las cuestiones imprescindibles es el tiempo: asegurarse de tener el tiempo suficiente para dedicarse al amor sin prisas y sin interrupciones. Buscar un tiempo en el tiempo.
En segundo lugar está la importancia del entorno, el cual debe ser preparado con anterioridad por uno de los miembros de la pareja, a fin de generar un espacio consciente, íntimo y perfecto para la creatividad. Por ejemplo, podemos utilizar elementos como flores frescas, incienso, fruta de estación, con música suave y a la luz de velas.
El ritual sexual propiamente dicho comienza por una limpieza o purificación del cuerpo: un baño o una ducha de ambos participantes, que luego se completará con el empleo de aceite en un masaje mutuo. A continuación se pueden realizar unos ejercicios de estiramiento, donde la danza también puede ser un buen ejercicio a fin de hacer circular la energía de la pareja y estimular el buen humor.
Luego vienen los ejercicios de respiración conjunta: ambos sentados en postura cómoda y meditativa, sincronizando la respiración consciente. Una vez que este paso está completo y funciona de manera espontánea, vienen las posturas; allí la iniciativa es de la mujer, que se convierte en la Diosa para encarnar los misterios de la naturaleza y la fuerza femenina. Ella tendrá un rol predominantemente activo y escogerá las posturas que permitan su pleno movimiento y acción, debido a lo cual generalmente, ella se ubica arriba. Otro punto a tener en cuenta, y que está relacionado con la duración del encuentro, es la separación del orgasmo masculino de la eyaculación y de ahí la retención del semen. Esto se ha hablado ya en otras entregas y se profundizará más adelante.
Esto pretende ser solo un esbozo de esta disciplina tan vasta y completa. En nuestras próximas publicaciones más secretos para aprovechar al máximo de nuestra vida sexual. Mientras tanto, se puede comenzar con una práctica sexual más consciente y más placentera. Si esto tiene algo que ver con el mencionado slow sex, es pura coincidencia…
Eliana D´Alessandro
Psicóloga – Sexóloga – Intructora de Yoga
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Muchas gracias por compartir este artículo, indudablemente una buena información. ¡Prosigue escribiendo!